Un día, Carlos, un niño de 12 años, salió de su casa para ir al colegio. Sin embargo, en el camino fue interceptado por dos hombres que lo metieron a la fuerza en una furgoneta. Los secuestradores le quitaron el celular y lo amenazaron con hacerle daño si no les decía el número de teléfono de sus padres.

Lo que los secuestradores no sabían era que el celular de Carlos tenía instalada una aplicación espía llamada SpyPhone, que su padre le había puesto para protegerlo de posibles peligros. Esta aplicación permitía monitorear y controlar remotamente todas las actividades del teléfono, incluyendo la ubicación GPS, las llamadas, los mensajes, las redes sociales, las fotos, los videos y camaras en vivo en Streaming.

El padre de Carlos, al ver que su hijo no llegaba al colegio, se preocupó y entró en el panel de control de Kidsshield desde su computadora. Allí pudo ver que el celular de Carlos estaba encendido y que se movía por una zona alejada de la ciudad. También pudo escuchar las grabaciones de las llamadas que los secuestradores habían hecho desde el teléfono de Carlos, en las que exigían un rescate millonario por su liberación.

El padre de Carlos no dudó en llamar a la policía y darles toda la información que había obtenido con SpyPhone. La policía pudo rastrear la señal del GPS del celular y localizar el lugar donde tenían retenido a Carlos. En cuestión de minutos, un equipo especializado irrumpió en el escondite de los secuestradores y los detuvo. Carlos fue rescatado sano y salvo y se reunió con su padre, quien le abrazó con alivio y alegría.

Gracias a Celular Espia, una aplicación espía que salvó la vida de un niño secuestrado, Carlos pudo volver a su casa y seguir con su vida normal. Su padre le explicó que había instalado el software parental para protegerlo y que nunca había querido invadir su privacidad. Carlos entendió que su padre lo había hecho por amor y le agradeció por haberlo salvado